Con la llegada del frío, puede que te plantees comprar una nueva caldera, ya sea porque te mudas a una vivienda nueva o porque necesitas sustituir la que ya tienes.
Como se trata de un gasto importante, deberemos tener en cuenta varios factores, empezando por cuál vamos a elegir y cómo vamos a pagarla. Hoy te facilitamos algunos consejos para que tomes la decisión acertada cuando cambies la caldera este invierno.
1. El primer paso: entiende tus necesidades
Existen distintos tipos de caldera y distintas potencias, para elegir correctamente debes hacerte algunas preguntas:
- ¿Cómo de grande es la vivienda? Para calentar bien toda la vivienda en invierno, la caldera necesitará una mayor capacidad cuanto más grande sea tu casa.
- ¿Cuántos baños y duchas tiene y cuántos sois en casa? Si van a utilizarse varias duchas a la vez, se requerirá más potencia para calentar el agua.
- ¿En qué zona geográfica te encuentras? Como es lógico, dependiendo de la temperatura exterior, necesitará más potencia para caldear el interior.
2. Apuesta por la eficiencia energética
Según el tipo de caldera que elijamos, dependiendo no solo del combustible sino también de su funcionamiento, estaremos incurriendo en un mayor o menor gasto energético con el que tenemos que contar cuando valoramos el precio de nuestra nueva caldera:
Según su funcionamiento
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Caldera de gas condensación
Es el tipo más común y eficiente en el mercado. En este tipo de calderas se aprovecha el calor que genera el vapor de agua en la combustión interna en lugar de dejarlo escapar. Tienen un alto rendimiento y te permitirán ahorrar en cada factura además de generar menos emisiones.
Ojo: Si vives en un edificio antiguo, es importante que compruebes que ni las tuberías ni los desagües son de plomo o cobre, ya las calderas de condensación corroen estos materiales y pueden crearse humedades.
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Caldera estanca
En estas calderas la zona de la combustión está totalmente aislada y es hermética, con lo que se evitan fugas de gas en el hogar y se disminuye el riesgo de accidente o intoxicación.
Según el combustible que utilizan
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Eléctrica
Es aquella que no necesita combustión para funcionar, por lo que son de las más seguras. Es muy sencillo regular la potencia y permiten un ahorro considerable.
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Gas (propano, butano, natural)
Son las más habituales. Dependiendo del tipo de gas, pueden ser más o menos eficientes. La más extendida en la actualidad es la de gas natural que, si bien necesita de una instalación, permite un mayor ahorro en las facturas.
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De biomasa
Son una opción interesante y respetuosa con el medio ambiente evitando el uso de combustibles fósiles. Entre las más populares están las que funcionan con pellets.
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Gasoil
Son uno de los sistemas más potentes pero el inconveniente principal es que el combustible debe almacenarse en el hogar y esto requiere de mucho espacio. No obstante, son la opción más factible en aquellos hogares a los que no llega la red de otros tipos de combustible.
3. Pregunta siempre por el servicio técnico postventa
Se trata de un aspecto fundamental. Por eso es importante elegir una marca de confianza y una empresa instaladora reconocida. Si es nueva, tienes garantía de 2 años, y si contratas seguro aparte con el fabricante puedes tener hasta 5 años de garantía o más, según marcas y modelos.
Es importante solicitar una revisión una vez al año cuando contratamos este servicio. Aunque pensemos que está en buen estado, un problema detectado demasiado tarde puede significar que tengas que comprar una caldera nueva o incluso poner en riesgo tu salud.
4. Acógete al plan renove de tu comunidad autónoma:
Una vez tengas claro cuál es la caldera que más te conviene, llega el momento de revisar precios y planificar el pago. Consulta si en tu comunidad autónoma existe alguna facilidad para la renovación de tu caldera. En la Comunidad de Madrid, Castilla y León, Extremadura, Galicia y Navarra existen este tipo de “planes renove” con los que conseguir tu caldera a un precio reducido. Puedes buscar en internet las empresas asociadas a este plan para hacer la instalación con ellos. Si necesitas más información, consulta la web de la OCU, donde encontrarás información sobre estas ayudas en las distintas comunidades autónomas.
5. Investiga las distintas opciones de financiación
Si has sido previsor y tienes dinero ahorrado para este desembolso, felicidades. Pero si no dispones de esa cantidad, también puedes acogerte a diversas opciones de pago aplazado. Muchas empresas tienen acuerdos con bancos para ofrecerte un plan de financiación en esta compra. Compara entre varios proveedores porque tanto el precio como las condiciones de la financiación pueden variar de uno a otro. La mayoría de las empresas instaladoras te ofrecen planes de cuotas a plazos para ajustarse a tus posibilidades de pago. En algunos casos, son a interés 0 %, aunque con una pequeña comisión de apertura. Si la empresa con la que has decidido hacer la instalación no te ofrece este formato de pago, siempre puedes pedir un préstamo personal para realizar la compra.
Como cualquier compra para nuestro hogar, una caldera nueva es una inversión a largo plazo que merece una especial atención, sobre todo si no queremos que suponga un gasto mes a mes. Tomarse el tiempo necesario para investigar las diferentes opciones poniendo el foco en la eficiencia y las facilidades de pago podrán ayudarte a ahorrar mucho dinero sin pasar frío este invierno. ¿A qué esperas?