Entre las tareas del comienzo del año escolar, una de las más exigentes en tiempo y en dinero es la relativa a la compra de los libros de texto.
En los centros públicos españoles, el gasto medio para los alumnos más pequeños ronda los 185 euros, y se eleva hasta los 230 euros para los alumnos de Bachillerato. Estas cifras pueden variar al alza si hablamos de centros privados. Nuevos o usados, los padres tendrán que ocuparse de ubicarlos, comprarlos, forrarlos y, salvo que en sean regalados o prestados, pagarlos.
Los numerosos sitios web y aplicaciones que permiten comprar libros escolares en línea pueden ayudar a hacer esta tarea mucho más amena y eficaz, también para el bolsillo.
La tendencia de la compra en línea se vio acelerada durante el 2020 y el 2021 por la necesidad de mantener el distanciamiento social, pero lo cierto es que esta modalidad basada en la renovación de libros ya se venía afianzando incluso antes de la pandemia. La Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Librerías (CEGAL) inauguró ya en 2019 la venta de libros en su web. Su sitio Todos tus libros, es el fruto de la colaboración de casi 700 librerías españolas y anuncia en su portada “Más de un millón de libros comercializados en España y dónde conseguirlos”. Esta iniciativa surgió como respuesta a la competencia con Amazon, el famoso pionero en el campo de la compra de libros en línea, antes de transformarse en la enorme y polifacética plataforma que es a fecha de hoy.
Otro resultado de la competencia entre aquellos que venden libros en internet es la necesidad de destacar, lo que los llevó a ampliar y a mejorar los servicios ofrecidos y a desarrollar sitios web más amigables para el usuario. Más allá del envío, que en algunos casos es gratis, hay quienes ofrecen ahorrarles el trabajo de forrado –un aspecto importante para los menos hábiles con manualidades-, como propone Todo para el cole, que, además, publica los listados de libros según los cursos y colegios.
Numerosos sitios web y aplicaciones permiten comprar libros escolares
Como era de esperar, con tantas plataformas no ha tardado en aparecer el ya habitual “rastreador” que compara entre ellas y nos ahorra, una vez más, tener que cotejar precios y disponibilidad entre distintos vendedores. De esta tarea se encargan OkLibros, Letturalia y Buscar libros.
La utilidad de los sitios web y de las aplicaciones reside en que ya no hace falta dedicar tanto tiempo y esfuerzo yendo a diferentes lugares para averiguar la disponibilidad de los libros y comparar precios. En pocos minutos se pueden encontrar el catálogo de cada tienda y los precios indicados. Parece que estas ventajas son reconocidas por la mayoría de los padres y madres españoles, ya que, según la encuesta realizada por Amazon en 2019, el 71% de ellos ya realizaban la compra de libros de texto en línea, aunque el 42% pensaba combinar entre la compra a distancia y las tiendas físicas. Puede que esto se debiera, entre otras razones, a un interés en comprobar el estado de cada libro.
Las ventajas mencionadas se potencian aún más cuando se trata de libros usados. Para aquellos preocupados por el estado del libro, las plataformas dedicadas a la compraventa suelen habilitar la búsqueda según estado, como hacen Casa del libro y Relibrea -esta última se dedica a los libros universitarios-. La posibilidad de acceder a libros de segunda mano supone una gran ventaja para el presupuesto, pero también para el medio ambiente. Al comprarles a nuestros hijos los libros usados no solo los estamos preparando para el curso, les estamos dando una lección de sostenibilidad y estamos naturalizando la actitud del reciclaje.
Para aquellas familias que aún no se animaron a realizar su compra de libros de texto en la web, si es que les parece complicado, Plataforma del estudiante les ofrece un tutorial animado aquí que explica cómo comprar en su sitio en 6 simples pasos.
En efecto, parece que en el caso de los libros la compra online tiene ventajas objetivas inapelables y que la compra presencial terminará siendo una actividad lúdica para evocar tiempos pasados. Esperemos que siempre perdure alguna librería tradicional donde los padres puedan ejercitar tan saludable tradición.