Es sin dudas la inversión de moda y con una alta penetración entre los más jóvenes, pero el boom cripto está mostrando su cara menos glamurosa, esa que no se ve en las redes sociales: estafas, adicción, técnicas propias de las sectas, obsesión, además de la posibilidad de perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos.
Medios de comunicación y especialistas están comenzando a hablar de lo que podría ser un trastorno emergente, de características similares a la ludopatía: la adicción a las criptomonedas. Los más sensacionalistas hablan incluso de una “epidemia silenciosa”.
Tanto las redes sociales como los medios tradicionales se han encargado de amplificar las historias de éxito de algunos afortunados que lograron ganar mucho dinero invirtiendo en cripto. Y cada día son más los que quieren subirse a la ola, principalmente jóvenes –y no tanto-, que se “enganchan” con la posibilidad de lograr la “libertad financiera” o hacerse ricos en un rato, gracias a las vertiginosas subidas y bajadas que puede experimentar este mercado incluso en un mismo día.
Los canales de youtube y cuentas en redes sociales que explican, “enseñan”, comparten información, muestran gráficas, datos y tendencias, dan consejos, incentivan, etc., se multiplican sin parar. La infoxicación en el mundo cripto no da respiro.
Y el panorama se completa con nuevas apps y plataformas cada día, que presentan de manera sencilla, intuitiva y accesible algo que en realidad es bastante complejo de entender para el común de los mortales y que, por otro lado, conlleva implícito un alto riesgo de perder mucho dinero.
Lo cierto es que el Bitcoin, la primera y más conocida de las criptomonedas, a fines del año pasado había batido sus records llegando a cotizar cerca de los 70 mil dólares (unos 60 mil euros), aumentando su precio más del 50 % en un mes y cuadruplicado su valor en un año. Pero a mediados de 2022 se derrumbó hasta llegar debajo de los 20 mil dólares, lo que llevó a los medios y analistas a hablar del “criptocrash”.
¿Qué las hace tan atractivas y estimulantes?
- Operar con criptomonedas es relativamente sencillo: todo está accesible online, 24×7, sin tener que acudir a un especialista o intermediario. Cualquier persona con un smatphone tiene acceso instantáneo a los mercados
- Su altísima volatilidad, con subidas y bajadas vertiginosas: la cotización de las miles de opciones de diferentes criptomonedas puede variar drásticamente en el mismo día, incluso de una hora a otra, lo que alimenta la expectativa de ganar dinero muy rápido y sin demasiado esfuerzo. Observar las fluctuaciones en tiempo real puede resultar muy estimulante para quien se siente atraído por el riesgo y quien disfruta de la adrenalina que implica la posibilidad de perderlo todo. El hecho de que se trata de un mercado no regulado por ningún banco central ni entidad oficial le agrega una cuota de peligro e incertidumbre.
Pero… ¿Cuál es el límite entre invertir y apostar? ¿Y entre apostar y volverse adicto?
Todavía no hay estudios ni estadísticas, pero en diversos ámbitos empieza a visibilizarse una conducta que podría asemejarse a la adicción al juego, especialmente a las apuestas online, si el trading con criptodivisas se convierte en una obsesión. Incluso distintas clínicas y centros especializados en adicciones ya ofrecen asesoría, servicios y tratamientos para quienes manifiestan problemas de control del tiempo y recursos que dedican a la inversión en criptomonedas.
Algunas señales de alarma
- Sentir tensión muscular y ansiedad.
- Verificar constantemente las cotizaciones, incluso en medio de la noche, restando horas de sueño.
- Invertir cada vez más tiempo y dinero; no poder controlar la dedicación. Sentirse intranquilo e irritable si no se está “invirtiendo”.
- Pensar constantemente en las criptomonedas o en cómo obtener dinero para invertir aun cuando se están haciendo otras actividades.
- No poder dejar de invertir, tanto si se gana como si se pierde.
- Después de tener pérdidas, sentir la necesidad de volver a comprar criptomonedas para recuperar el dinero perdido.
- Después de tener ganancias, sentir la necesidad de volver a comprar criptomonedas para sentirse bien.
- No soportar la idea de perder una “buena” oportunidad con las criptomonedas.
Estas, entre muchas otras, son las conductas señaladas por una clínica especializada en adicciones como avisos para tener en cuenta.
La criptosecta
Estafa piramidal, publicidad engañosa, coacciones psicológicas, “lavado de cerebro”, tácticas propias de las sectas, son algunas de las acusaciones que enfrenta IM Academy, una falsa academia virtual de inversiones en criptomonedas que captaba a jóvenes, incluso menores de 15 años, a través de las redes sociales, con la promesa de conseguir la “libertad financiera”, olvidarse de la vida laboral, hacerse rico y llevar una vida de éxito gracias a las inversiones en cripto.
El caso fue bautizado como Operación Carcoma y tuvo amplia cobertura en los medios. En España, entre 2000 y 3000 jóvenes fueron víctimas de una estafa piramidal, en la que previo pago de 200 euros de matrícula y 150 euros mensuales de cuota, lejos de recibir formación financiera eran utilizados para captar a otros jóvenes con herramientas de marketing y técnicas de persuasión. Muchos de ellos eran presionados para que se dedicaran de lleno a trabajar para la organización, incluso a abandonar sus estudios y cortar lazos familiares.
Puedes conocer todos los detalles del caso y testimonios de las víctimas en estas notas:
La criptosecta ha secuestrado a nuestros hijos
Víctimas de la criptosecta IM Academy
Miles de jóvenes asisten en Badalona al evento de criptomonedas de una empresa acusada de estafa
La falsa promesa a jóvenes para hacerse ricos con criptomonedas
Así que ya lo sabes: si estás tentando de meterte de lleno al universo cripto pensando que será tu salvación, piénsatelo un poco más. Y si ya te has lanzado pero empiezas a sentirte reflejado en situaciones como esta ¡pide ayuda cuanto antes!
Aprovechamos para terminar con un pequeño toque de humor con este vídeo de los cómicos Pantomima Full que representa muy acertadamente las características de los cripto-adictos.