El consumo es uno de los motores principales de la economía. Sin embargo, el modelo de consumir al que nos hemos acostumbrado, basado en usar y tirar, no es sostenible para el medio ambiente. Por esta razón, desde hace algunos años está extendiéndose un nuevo concepto, el consumo responsable, que busca ajustar éste a nuestras necesidades reales.
El consumo responsable es un concepto defendido por organizaciones ecológicas, sociales y políticas que consideran beneficioso cambiar los hábitos de consumo humano ajustando el consumo a nuestras necesidades reales. Nos recomiendan así que optemos en el mercado por bienes y servicios que favorezcan la conservación del medio ambiente, la igualdad social y el bienestar de los trabajadores.
Para entender su alcance, es conveniente saber que el consumo responsable es una prioridad catalogada oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas como el objetivo número 12 de Desarrollo Sostenible para el periodo 2016-2030.
Para conseguir equilibrar crecimiento económico y desarrollo sostenible, la ONU señala que “es urgente reducir la huella ecológica mediante un cambio en los métodos de producción y consumo de bienes y recursos”. También insta a las industrias, negocios y consumidores “a reciclar y reducir los desechos, apoyando a los países en desarrollo a avanzar hacia patrones sostenibles de consumo para 2030”.
Tipos de consumo responsable
Podríamos distinguir tres aspectos fundamentales o formas de consumir que constituyen el consumo responsable:
- El consumo ético introduce aspectos valorativos a la hora de consumir u optar por un producto. Pone especial énfasis en la austeridad, distinguiendo entre las necesidades reales y las creadas por la publicidad, el consumismo, que incentiva el consumo como forma de alcanzar la felicidad y el bienestar. Esta mirada crítica lleva a una reducción en la cantidad de productos consumidos y, por tanto, disminuye el volumen de basura y la contaminación producida en el proceso.
- El consumo ecológico implica un circuito básico de producción a partir de la reducción, la reutilización y el reciclado de los distintos productos. También impulsa los bienes de origen orgánico mediante la generación de una agricultura y ganadería ecológicas, la opción por la elaboración artesana y las formas de producción que no deterioren el medio ambiente.
- El consumo social o solidario tiene en cuenta las relaciones sociales y las condiciones laborales presentes en la elaboración de un producto o la prestación de un servicio. Incluye el comercio justo, que propone acercar al productor y al consumidor final para eliminar mediadores que elevan los precios. Se trata de pagar lo justo por el trabajo realizado, tanto a los productores de las zonas periféricas como a los que están en nuestro ámbito local.
Consejos para practicar un consumo responsable
Para practicar un consumo responsable debemos hacer el esfuerzo de adoptar nuevos hábitos. Son ideas sencillas que todos podemos incorporar a nuestro estilo de vida. Principalmente se basan en las 3R del consumo responsable: reducir, reutilizar y reciclar.
- Antes de comprar algo, es conveniente reflexionar detenidamente sobre si realmente necesitamos los productos o si nos estamos dejando guiar por la publicidad. También podemos adquirir el hábito de intentar reparar lo que se rompa en lugar de reemplazarlo.
- Cuando decidimos comprar un producto podemos averiguar su origen. De qué materia prima se fabrica, cómo su proceso y su uso impactan al medio ambiente y al entorno social y qué residuos genera. Apostar por la producción local o de proximidad disminuye costes de transporte y contaminación.
- Comprar el contenido y no el envase. Muchas veces pagamos más por todo lo que implica la fabricación de los envoltorios, que se tiran directamente a la basura, que por el propio contenido. Podemos comprar determinados productos a granel y debemos dar prioridad a productos con envases retornables o reutilizables.
- Adoptar el hábito de reutilizar los materiales que ya poseemos para nuestras compras. Podemos hacerlo rechazando las bolsas de plástico en los comercios y reutilizando las usadas anteriormente o utilizando bolsas y envases de tela, papel o cartón.
- Si utilizas artículos desechables, que sean de materiales compostables biodegradables o reciclables a ser posible. También podemos dotar a nuestro hogar de pequeños contenedores donde poder reciclar los diversos residuos.
- Trata de reciclar antes que comprar. Muchas de las cosas que están para tirar se pueden volver a utilizar de otras formas (usa tu imaginación). También existen cada vez más tiendas de segunda mano a las que puedes recurrir para comprar y también para ofrecer tus artículos.
- También podemos reducir el consumo de la calefacción y el tiempo que utilizamos el agua, desenchufar los aparatos eléctricos cuando no los utilicemos, optimizar el uso de los electrodomésticos o sustituir las pilas eléctricas por pilas recargables.
En resumen, el consumo responsable es una forma de consumir bienes y servicios que tiene en cuenta su naturaleza, pero también variables como el precio y la calidad, las características sociales y laborales del entorno de producción y las consecuencias medioambientales posteriores. Está en nuestra mano concienciarnos para poder adquirir hábitos más responsables como consumidores.