Las operaciones crediticias actualmente tienen una gran en el ámbito de la política monetaria. Es por ello que se necesita unas ciertas garantías, para que los bancos centrales no incurran en pérdidas, manteniendo así su independencia financiera y, en definitiva, su credibilidad.
Los créditos como activo financiero ganaron un gran protagonismo en la crisis financiera global del año 2008, con su consiguiente crisis de deuda soberana. En ese momento, el Eurosistema expandió los tipos de activos que podían admitirse como garantía para las operaciones monetarias. Se hizo entonces evidente la necesidad de un sistema de calificación como el ICAS que permitiera conocer las características de estos activos. Los ICAS también se usan para obtener información en la investigación sobre la transmisión de la política monetaria y la estabilidad financiera.
Los ICAS en España
El Banco de España dispone de modelos para la evaluación crediticia de las empresas españolas desde los años noventa. Cada año aumenta el número de empresas evaluadas y se amplía paulatinamente la tipología de las mismas; el objetivo es poder aceptar como garantía los créditos concedidos a cualquier empresa española.
Los créditos como activos y su consolidación, junto con la combinación del sistema interno de evaluación del crédito del Banco de España (conocidos como los ICAS BE) y tras funciones del Banco, permiten proceder con la siguiente fase de la ampliación de empresas y calificar también a las pequeñas y medianas empresas españolas, las PYMES. Como se ha mencionado en el apartado anterior a raíz de la crisis sanitaria del COVID-19, este proceso se aceleró especialmente.
¿Cómo funcionan?
Para obtener esta calificación, se realiza una puntuación individual basándose en los últimos estados financieros que cada empresa tenga disponible. Además, la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE) permite que se haga una comprobación parcial de los créditos que cumplirían las condiciones de admisibilidad para cada empresa. Este análisis muestra que la mayoría de los créditos se conceden a menos del 15 % de las empresas. De este modo, el ICAS BE hace un profundo análisis de un número de empresas más reducido.
Este sistema de calificación es análogo al de otros ocho bancos centrales nacionales, y constituyen una de las fuentes que usa el Eurosystem Credit Assesment Framework (ECAF) para la evaluación crediticia. Aparte del ICAS, las otras fuentes consisten en agencias de calificación externa, y modelos que desarrollan las propias contrapartidas, basados en sus requerimientos mínimos para los créditos.
Pongamos un caso práctico para entenderlo mejor: Una entidad crediticia que ha concedido un crédito a una empresa con una calificación alta en ICAS BE puede operar con este crédito. Aunque el dinero no esté en manos de la entidad crediticia, sino de la empresa, su alto valor en ICAS BE demuestra que el crédito y sus intereses serán devueltos con seguridad y el resto de entidades podrán confiar en esta calificación y la certeza que implica.
Si, por el contrario, la empresa que ha recibido el crédito se encuentra en situación de impago y con baja calificación en ICAS BE, no se operaría con este crédito, ya que no existe una garantía rígida de que este dinero se vaya a recuperar en plazo.
Hay que puntualizar que igualmente, es complicado que se dé esta situación, puesto que la propia calificación ya sirve para saber si es seguro dar un crédito a estas empresas, y posiblemente no cumpliría las condiciones para todos los tipos de créditos. Esto favorece especialmente a las contrapartidas más pequeñas que puedan no contar con un sistema propio de calificación crediticia. Y por ello al trato homogéneo de los créditos como activos, ya que todos se rigen por el mismo sistema.
En pocas palabras: Los ICAS califican a las empresas según la seguridad que den para devolver los créditos para que las entidades crediticias puedan usarlos como activos financieros. Cada banco central nacional tiene su propio ICAS. En España, se llama ICAS BE y el sistema está hecho por el Banco de España. Actualmente, se espera que esta calificación pueda tomar en cuenta a todas las empresas de España. Con especial énfasis en las mayores empresas.