El equilibrio económico reside en la planificación. Teniendo en cuenta unas pocas pautas se puede lograr descansar sin pensar constantemente en cómo afrontar un pago inesperado o cómo llegar a fin de mes.
Nadie quiere verse en la situación de tener deudas y no poder saldarlas a tiempo a causa de haber gastado sin pensar en las consecuencias. Esta situación es altamente estresante e incluso puede llevar a que no sepamos qué hacer. De ahí la importancia de la organización, la cual es más sencilla de lo que pueda parecer.
¿Qué hay que planificar en nuestra economía?
Los gastos fijos, los gastos variables y el ahorro deseado, son las tres variables que no podemos perder de vista. Estas cifras siempre serán muy volátiles y no podemos dar números concretos, dado que la organización dependerá completamente del nivel de ingresos. Un soltero que gana 1000 € al mes no se administra igual que una familia que ingresa 2500 €. Donde coincidirán será en los tres puntos de gastos y ahorro.
Gastos fijos: dinero con el que no podemos contar
Lo más importante es pensar en los gastos fijos que tengamos, como alquileres o hipotecas, deudas, facturas y seguros. Son gastos que sabemos que vamos a tener con una cuantía fija mensualmente o en otro periodo determinado. La suma de todos estos, debe restarse automáticamente a lo que ingresemos. ¡Y no olvides los gastos que solo son una vez al año!
Respecto a las facturas, recomendamos revisar qué tenemos contratado. En ocasiones tenemos contratadas tarifas que cubren mucho más de nuestras necesidades. Quizás no necesitamos pagar mensualmente por esos canales de televisión que nunca vemos o llamar con tarifa plana a Tailandia. Ajustar los servicios contratados a nuestro consumo es algo que podremos notar a final de mes.
Gastos variables: el secreto de la optimización
Tras los gastos fijos, hay que pensar en los gastos variables. ¿Y cuáles son estos? Estos son los desembolsos que de un mes para otro pueden cambiar mucho según la situación o bien cómo los afrontemos. Aquí entra la alimentación, los cuidados, el transporte y el ocio, sin olvidar los gastos hormiga.
Cómo afrontar estos dispendios es algo muy personal y no podemos dar una solución ideal. Pero sí hacer una serie de recomendaciones para optimizarlos todo lo posible:
- En alimentación, por ejemplo, es muy importante la optimización del gasto. No se trata de pasar hambre, sino de evitar el excedente de comida y su desperdicio. Cuando se prepara más comida de la necesaria siempre se puede congelar lo que sobre para consumirlo más adelante. También es una buena estrategia ponerse un presupuesto limitado cuando hagamos la compra, esto hará que no caigamos en la tentación de comprar lo que no necesitemos.
- El El coche es una opción cómoda pero su compra, mantenimiento y combustible no son baratos. Para las personas que viven en las ciudades, es una opción muy interesante el uso del transporte público o el uso de bicicletas o patinetes eléctricos. Especialmente, estas alternativas son convenientes en casos en los que haya dificultades para aparcar o haya que pagar para ello. Con esto se puede ahorrar una cantidad de dinero que a finales de mes podría suponer un alivio considerable.
- El ocio: es el punto más personal de los gastos, y el más amplio, ya que cada uno tiene su forma de disfrutar de su tiempo libre. Al igual que en las visitas al supermercado, es recomendable establecer un presupuesto máximo para evitar excesos, así como pensar en posibles planes al aire libre que puedan ser más económicos.
El ahorro también se debe planificar
Lo que no es gasto será ahorro porque ese dinero seguirá siendo nuestro. Pero igualmente es recomendable pensar en una cantidad fija que queramos guardar para imprevistos. O de cara a algo que queramos poseer o disfrutar en el futuro y requiera una alta cantidad de dinero. Evitando gastar descontroladamente podremos alcanzar dichas metas.
Para hacer toda esta organización, es fundamental conocer en qué gastamos nuestro dinero, cuánto ingresamos y el margen de ahorro que tenemos. Actualmente existen aplicaciones como Akana que nos permiten conocer de primera mano en qué estamos gastando el dinero y cuánto estamos ahorrando. Con esta información en tu mano, y con algo de formación financiera, podrás decidir qué es más conveniente para poder llegar al punto deseado en tus finanzas personales.