Blue Chip es como denominamos a ciertas empresas que reúnen unas determinadas condiciones de cara a la inversión en bolsa. Deben este nombre a las fichas azules de los casinos, las cuales tienen el máximo valor.
En concreto, se trata de empresas que llevan bastante tiempo en bolsa y han tenido una buena evolución durante un largo periodo, con tendencia a la estabilidad. En otras palabras, estamos ante inversiones de bajo riesgo financiero y baja volatilidad gracias a que suelen resistir y recuperarse bien tras periodos de incertidumbre. Estas empresas estarán por norma general en el IBEX-35, si pensamos en empresas españolas.
Cuando decidimos en invertir en bolsa, existen varios factores a tener en cuenta, tales como el período de inversión, la rentabilidad esperada o la seguridad.
En el caso de las Blue Chips, debemos esperar un activo con baja rentabilidad, un largo período de tiempo de amortización a cambio de una seguridad alta, aunque no absoluta, como cualquier inversión.
Las acciones de estas empresas tienden a tener menos valor que las de otras de menor envergadura, y al ser empresas ya consolidadas, el valor de estas tiende a crecer a ritmo lento y sin sobresaltos. Por tanto, es una buena opción para obtener ganancias a largo plazo sin necesidad de preocuparse.
¿Tienen riesgos las inversiones en Blue Chip?
Como toda inversión, no está exenta de riesgos. Normalmente estas empresas soportan bien las épocas de crisis y se recuperan rápido si su valor se ve reducido. Pero puede darse un cambio en la tendencia de los consumidores al que la empresa no sepa responder. Al igual que existen puestos de trabajo que desaparecen con el progreso, estas empresas pueden verse reemplazadas por otras si no se adaptan a los cambios en su sector.
Para poner un ejemplo de estos cambios de consumo, podemos ver el caso de NOKIA, el fabricante de móviles por excelencia en los 2000, esta empresa vio reducido en un 80% el valor de sus acciones desde que los teléfonos pasaron a incorporar nuevas funciones a finales de dicha década y utilizar nuevos sistemas operativos que Nokia no incorporó hasta bien entrada la siguiente década. Una mala gestión o adaptación al mercado, puede tener estas consecuencias. Aunque es digno de mención que las Blue Chip acostumbran a abarcar amplios sectores de producción, de forma que, si una división de la empresa tiene pérdidas, estas pueden ser compensadas por otra.
¿Qué empresas son Blue Chip?
Hay cuatro características que las definen:
- Su capitalización bursátil -la suma del valor de todas las acciones en el mercado- es de miles de millones de euros.
- Llevan mucho tiempo operando en bolsa. Al menos unos diez años, aunque muchas de ellas existen desde hace bastante más tiempo.
- Tienen un bajo riesgo de quiebra, dado que son financieramente sólidas.
- A causa del punto anterior, deben contar con ganancias recurrentes.
Las empresas que cumplan las cuatro condiciones podemos considerarlas unas Blue Chip, por lo que la inversión en ellas tendrá los resultados anteriormente mencionados. Algunos ejemplos de estas empresas en España serían Iberdrola o Telefónica.
Las ventajas y desventajas: frente a frente
Tomar una decisión con respecto a dónde invertir no siempre es una opción fácil, y por supuesto, nunca está de más tener una cierta formación y conocimiento antes de lanzarse a la piscina. Para que puedas valorar de forma fácil si la inversión en Blue Chips es para ti, desglosamos algunas de sus ventajas y desventajas.
Ventajas
- La alta liquidez: al ser empresas en las que la compraventa de acciones es constante, es fácil venderlas para disponer de su valor monetario en poco tiempo.
- Dividendos estables: No todas pagan dividendos, pero la mayoría sí lo hacen, y estos suelen ser cuantías similares en cada pago, de forma que el flujo de ganancias es estable.
- Bajo impacto de las crisis financieras: Explicábamos al principio que, gracias a la baja volatilidad, las pérdidas en estas épocas son menores que las que pueden sufrir empresas más volátiles.
- Dada la fama de estas empresas, se realizan numerosos análisis y predicciones sobre las mismas, haciendo que puedas estar informado de lo que se espera para el futuro de estas empresas.
Desventajas
Además de los riesgos anteriormente explicados, la principal desventaja, y de la que derivan las demás, es la baja rentabilidad. El aumento del precio de las acciones ocurre de forma lenta a cambio de la seguridad que ofrecen.
Esto ocurre a causa de la baja volatilidad, aunque es cierto que las empresas crecen, lo hacen a un ritmo más pausado. Todo esto hace que sea necesario una inversión a largo plazo para ver una rentabilidad considerable.
Si estás interesado en la inversión, te recomendamos que busques toda la información posible sobre los productos en los que te interesa invertir. Los análisis de los expertos sobre la bolsa siempre son una buena herramienta para guiarse, pero nunca hay que olvidar que tú tienes la última palabra sobre a qué destinarás tu inversión. Por último, no olvides continuar formándote en educación financiera, para lo que puedes acceder a los cursos de Simple Finance en este enlace.