Son muchas las personas que se plantean cómo obtener mayores ingresos más allá de los que generan con su empleo. Una opción son los ingresos pasivos, que no requieren un tiempo, esfuerzo o dedicación fija.
Se llama ingresos pasivos a aquellos que provienen de cualquier actividad que genere beneficios económicos pero que no impliquen una dedicación a tiempo completo. Sin embargo, aunque no requieran una cantidad de horas y atención establecida o permanente, lo cierto es que sí presuponen contar con una inversión inicial de capital, o bien de tiempo y esfuerzo, para ponerlo en marcha.
Diferencia entre ingreso activo y pasivo
Los ingresos activos son aquellos por los cuales la persona debe invertir tiempo y esfuerzo físico y/o intelectual para generarlos. El ejemplo más claro sería el sueldo que recibe cualquier trabajador, ya sea a tiempo completo o tiempo parcial. También los honorarios profesionales o por servicios; y las ganancias que genera un negocio propio.
Por otro lado, los ingresos pasivos hacen referencia a entradas de dinero que se obtienen sin necesidad de dedicar un tiempo o esfuerzo en forma directa y constante.
Algunos ejemplos de ingresos pasivos
1 |Alquileres
Poner en alquiler un bien inmueble –vivienda, local, etc.- es la forma más común de obtener ingresos pasivos. De esta forma se genera un ingreso mensual sin que el propietario tenga que dedicar tiempo o esfuerzo.
Claro que no todos tienen disponible una propiedad vacía para ofrecer en renta. Pero también puede ser una plaza de garaje que no se usa por no tener coche. O también una habitación en nuestro piso que nadie ocupa y se puede alquilar en forma fija o por temporadas.
2 | Inversiones en productos financieros
Otra de las formas más comunes y habituales de generar ingresos pasivos. Desde los más básicos y sencillos, que implican bajo riesgo y requieren poco conocimiento, hasta los más complejos especializados, existe una gran variedad de alternativas de productos de inversión para quien dispone de cierto ahorro o capital ocioso.
Depósitos bancarios, fondos de inversión, bolsa, divisas, crowdfunding, empresas de capital de riesgo… la lista de posibilidades es larguísima. Lo importante antes de inclinarse por alguna es informarse muy bien, en lo posible con un asesor especializado, además de tener claro nuestro perfil inversor y necesidades: capital disponible, objetivos financieros, grado de tolerancia al riesgo, tiempo que se podrá mantener la inversión, etc.
3 | Economía colaborativa
Se trata de un modelo en el que los usuarios utilizan las nuevas tecnologías para comprar, vender, compartir o alquilar bienes y servicios.
Por ejemplo, si tienes una propiedad en una zona turística puedes ponerla en alquiler a través de plataformas como Airbnb, para los viajeros y turistas que buscan alojamientos alternativos a los hoteles. O también si posees un vehículo y vas a realizar un viaje, puedes coordinar con otros usuarios que van a realizar el mismo trayecto y así obtener una ganancia que te ayudará a cubrir los gastos del viaje.
Otra opción es darle una segunda vida a las cosas que no usas, desde ropa que ya no te gusta o que ya no te queda bien, hasta libros que ya has leído. Existen plataformas para vender todo aquello que no necesitas y que sigue estando en buen estado.
4 | Crear contenidos online
Desde un blog hasta un canal de Youtube, Internet y las nuevas tecnologías ofrecen muchas posibilidades para monetizar los conocimientos y experiencia sobre temas que domines o te apasionen. También se puede producir e-books o diseñar cursos que luego se vendan por internet.
Si tienes talento o habilidad para crear productos o servicios, Internet también es un excelente espacio para darlos a conocer y comercializaros: desde arte y diseños (joyas, ropa, zapatos, etc.) hasta diferentes tipos de servicios profesionales o personales.
5 | Ser socio de algún negocio
Para quien dispone de cierto ahorro o capital ocioso, otra opción para beneficiarse con ingresos pasivos es convertirse en socio de algún negocio que esté empezando o necesite financiación. Dependiendo del acuerdo que se haga, esto puede convertirse en el cobro de intereses –en el caso de un préstamo- o de dividendos, si el proyecto prospera y genera ganancias para repartir.
Estas son solo algunas de las posibilidades para generar ingresos pasivos. Como hemos visto, siempre será necesario un plan o proyecto, esfuerzo e incluso ingresos activos disponibles para concretarlo. Pero una vez echado a andar puede ser la base para obtener ingresos adicionales.
Recuerda que si quieres aprender más sobre finanzas personales, no te pierdas los cursos de Simple Finance, el aula virtual de Santander Consumer Finance.