Contratar un seguro para tu hogar puede convertirse en una tarea más compleja de lo esperado. Las montañas de páginas y los tecnicismos legales pueden hacerte sentir que no estás entendiendo nada y que no tienes el control sobre lo que estás contratando.
A esta confusión se le suma el miedo de que se te escape alguna cláusula de la famosa letra pequeña y acabes con un seguro que no responde a las necesidades de tu hogar, teniendo que pagar de más por algo que esperabas que estuviese cubierto.
En Tu Futuro Próximo queremos ayudarte a vencer este miedo. Hoy, te ofrecemos unas pautas a seguir para que te sientas seguro en la lectura y firma de tu contrato y evites futuras catástrofes domésticas.
Dentro de todo contrato de seguro existen dos tipos de cláusulas. Empezar la lectura separando y entendiendo estas dos categorías puede ser un buen punto de partida:
Cláusulas delimitadoras del riesgo
Por un lado, las cláusulas delimitadoras del riesgo: su finalidad es delimitar el objeto del seguro y concretar qué riesgos y qué casos te darán derecho a percibir la prestación pactada.
Y por otro, las cláusulas limitativas: son las que condicionan o modifican tus derechos como asegurado y la indemnización a recibir. Detallan en qué circunstancia, una vez el daño asegurado se ha producido, lo pactado en las cláusulas anteriores es nulo o sufre algún cambio.
Dentro de las cláusulas delimitadoras del riesgo, debe quedar estipulado de forma clara y concisa:
- Cuáles son los riesgos del objeto del seguro. Aquí se deben definir las partes implicadas en el contrato: tomador, aseguradora, asegurado. Además, deben quedar detalladas sus características: la localización de la casa, sus medidas, instalaciones, etc…
- La cantidad que se asegura o el modo en el que se percibe la compensación, así como sus límites.
- Durante qué fechas estarán vigentes las coberturas, así como las condiciones de renovación del seguro.
Es importante que en estas estipulaciones te asegures de que los riesgos cubiertos se adecúan a la naturaleza de tu hogar y a los posibles desperfectos que pueda sufrir.
Además, debes estar atento a cómo se define la forma de actuar en caso de siniestro o cómo serán las comunicaciones con la aseguradora, así como a los plazos para oponerse a la prórroga del seguro o a su inoponibilidad.
Luego, las ya mencionadas pólizas limitativas condicionan y modifican lo expuesto en las cláusulas anteriores, además de tener que estar expresamente aceptadas por el tomador del seguro. Suelen estar escritas en negrita o en otra tipografía o color para que sean distinguibles, ya que les debes prestar especial atención.
Existen dos tipos de pólizas limitativas: las que afectan a todas las coberturas del contrato y las individuales de cada garantía.
Por ejemplo, una de las pólizas que afectan a todas las coberturas del contrato son la que estipula que en caso de catástrofe natural, como fue la reciente Filomena, es el Consorcio de Compensación de Seguros quien debe cubrir el daño.
Ambas pólizas varían significativamente según el contrato, pero debes tenerlas muy presentes a la hora de firmar, ya que condicionan todo lo mencionado anteriormente.
Además de toda esta información práctica, queremos aportarte un par de consejos a tener en cuenta en la contratación de un seguro de hogar:
Lee todo detenida y atentamente antes de firmar, no acudas a la cita de firma con prisas: si puedes, ve con el texto leído, y no tengas ningún reparo en hacer tantas preguntas como necesites para comprender lo que estás firmando y asegurarte de que cubre las necesidades y posibles desperfectos de tu hogar.
Recuerda: no haber preguntado algo en su momento te puede crear problemas serios en el futuro.
Esperamos que este artículo te ayude a comprender mejor tu seguro, a escoger unas pólizas que se ajusten a tus necesidades y a las de tu hogar y así evites sustos y graves consecuencias económicas la próxima vez que sufras un imprevisto.