El paisaje económico actual está condicionado por la reducción en los tipos de interés por parte de los bancos centrales. Esta situación no tiene visos de cambiar a medio plazo, lo que está afectando a las rentabilidades de los activos financieros más conservadores.
Si estás pensando en invertir tus ahorros, con los tipos de interés casi en negativo, tendrás que adaptar tu estrategia de inversión a la nueva realidad: si no asumes un poco de riesgo, la rentabilidad de tus inversiones se verá muy reducida y, a la larga, estarás perdiendo poder adquisitivo.
Rentabilidad, riesgo y liquidez.
Tres factores que tendrás que combinar para que tu inversión se adapte a tus necesidades. Existe una relación clara entre ellos y, en términos generales, a mayor riesgo, mayor rendimiento.
Puesto que no todos tenemos la misma tolerancia al riesgo, lo más importante es que te sientas cómodo con las decisiones que tomes a la hora de colocar tu dinero, sin perder de vista tus objetivos.
Veamos qué tipo de productos financieros puede ofrecerte tu banco y qué relación mantienen entre su rentabilidad, el nivel de riesgo al que te exponen y su liquidez.
Renta fija: bonos, obligaciones, letras del Tesoro
Al invertir en renta fija, estás comprando parte de la deuda que ofrecen las empresas (públicas y privadas) con un plazo de devolución y una rentabilidad pactadas de antemano.
En términos de liquidez, existen productos de renta fija emitidos a corto, medio y largo plazo. Cuanto más corto sea el plazo de devolución, menos rentabilidad vas a obtener.
Es un producto idóneo para los inversores más conservadores, pero, con el tipo de interés actual, su rentabilidad es incluso negativa, por lo que pierde parte de su atractivo.
Renta variable: acciones, divisas, materias primas
Quizá la opción más conocida por todos. Las empresas buscan financiación adicional emitiendo capital (en forma de acciones) que venden a los inversores.
A priori no se conoce su rentabilidad, así que tendrás que estar dispuesto a asumir un alto nivel de riesgo. Puedes obtener unos rendimientos muy superiores a los de otros productos, pero nadie puede garantizarte el retorno de la inversión.
Para disminuir el nivel de riesgo, lo mejor es que diversifiques tu cartera entre empresas de distintos sectores y zonas geográficas, y que mantengas tu inversión a largo plazo para compensar las posibles fluctuaciones.
Invertir en bolsa, en divisas o en materias primas requiere tener conocimientos sobre el funcionamiento de estos mercados y hacer un seguimiento continuo de los valores.
Aunque seas un amante del riesgo, desde la prudencia, te recomendamos que cuentes con la ayuda de expertos para realizar este tipo de operaciones.
Fondos de inversión
Son Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) que captan el capital de un gran número de inversores y, mediante una entidad gestora, lo invierten en diferentes activos financieros.
Cuando compras participaciones de un fondo, tu dinero pasa a formar parte del patrimonio del mismo, patrimonio que puede crecer o decrecer en función de la incorporación de nuevos participantes y de las fluctuaciones de valor de los activos invertidos.
Ofrecen dos grandes ventajas: su liquidez (puedes vender tus participaciones cuando quieras) y, su diversificación, ya que tu dinero no estará colocado en un solo activo.
En cuanto al riesgo, dependerá de la composición de su cartera:
- Si quieres arriesgar: fondos de renta variable. Pensados para inversiones a largo plazo, suelen obtener una mayor rentabilidad.
- Si eres conservador: fondos de renta fija. Tienen menos rentabilidad, pero son una opción más segura.
- Para un riesgo moderado: fondos de renta mixta. Invierten distintos porcentajes en renta fija y variable, ofreciéndote un abanico de posibilidades.
Planes de pensiones
Orientados a complementar tu futura pensión, su funcionamiento es parecido al de los fondos en cuanto a su nivel de diversificación y a la amplia gama de perfiles de inversión.
Ofrecen ventajas fiscales que otros productos no tienen. Sin embargo, solo podrás disponer de tu dinero una vez que llegues a tu jubilación o en supuestos excepcionales, es decir, son productos de ahorro-inversión a largo plazo, sin liquidez inmediata. A partir del 2025 también podrás acceder a tu plan de pensiones cuando hayan pasado 10 años desde la primera contribución.
Productos derivados: futuros, opciones, Warrants
Es una de las opciones de inversión más compleja y arriesgada. Los derivados son productos financieros basados en la evolución de los precios de otro activo (activo subyacente). En estas inversiones se establecen todos los detalles en el momento del acuerdo, aunque la transacción real se produce en el futuro.
Dado su alto nivel de complejidad y de riesgo, la ayuda de un profesional será indispensable si estás dispuesto a invertir en este tipo de productos.
Estas son algunas de las muchas opciones que puede ofrecerte tu banco para invertir tus ahorros, incluso en estos tiempos de tipos de interés muy bajos.
Solo tienes que planificar tu estrategia en función de tus objetivos, el nivel de riesgo que puedas o quieras asumir y tus necesidades de liquidez.
Diversificar tu inversión, ser constante en tus aportaciones y consultar con los expertos financieros, son las mejores recomendaciones que podemos darte para que consigas la máxima rentabilidad de tu inversión. ¿Te atreves?