Al igual que los virus atacan a nuestra salud, los virus informáticos amenazan la de nuestro ordenador. Cuando este sea tu caso tienes que intentar frenar la infección antes de que vaya a más. Para poder hacerlo, te ofrecemos una guía de primeros auxilios.
Existen diferencias entre virus, gusanos y troyanos- estos dos últimos son más difíciles de detectar- pero, en los tres casos, estamos hablando de un software no deseado que puede tener efectos desastrosos como borrar de la memoria, documentos valiosos, robarte las contraseñas de tus cuentas o restar velocidad a tu equipo pudiendo llegar incluso a inutilizarlo.
Numerosos síntomas pueden revelarnos que nuestro ordenador ha sido víctima de un ataque informático. Si de repente su funcionamiento se ralentiza, tienes problemas con tu conexión a internet, aumenta el tráfico web de salida, se abren muchas ventanas con anuncios (Adware) o se ejecutan programas que no conocías, empieza a sospechar. Muy probablemente tu ordenador haya sido infectado por un virus, aunque tuvieras instalado algún software de protección, ya que ningún programa puede ofrecer una garantía del 100% de seguridad.
Una infección también puede ser detectada por síntomas no relacionados directamente con el ordenador, tales como facturas telefónicas en las que figuran llamadas que nadie ha realizado o mensajes SMS que nadie ha enviado. Esto puede indicar que un troyano telefónico está activo en tu PC o en tu teléfono móvil. Si el acceso no autorizado se ha producido en tu cuenta bancaria personal o tu tarjeta de crédito ha estado siendo utilizada sin tu autorización, esto puede ser señal de que un spyware o programa espía se ha infiltrado en tu sistema.
Hasta aquí, las malas noticias. Ahora llegan las buenas: puede tener remedio. Para ello te recomendamos seguir estos pasos.
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Corta la conexión a internet.
Los virus se alojan en tu memoria RAM tras ejecutarse y comienzan a infectar otros archivos. Para contener su expansión debes apagar la Wi-fi o desconectar el cable del módem. No conviene utilizar la red a menos que sea absolutamente necesario y menos aún servicios de banca online o de pago vía web. Tampoco dar ningún tipo de dato personal o introducir contraseñas.
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No ejecutes ningún programa.
Si abrimos algún fichero o arrancamos un programa, el virus podrá infectarlos por lo que debemos dejar de abrirlos hasta que el virus haya desaparecido.
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Asegúrate de tener una copia de seguridad.
Ser precavido haciendo copias de seguridad de nuestros archivos puede salvarnos ante un futuro ataque a través de un virus. Trasladar nuestros archivos a un disco duro externo o tener una copia en la nube es una medida preventiva que nos podrá ahorrar quebraderos de cabeza.
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Haz un análisis completo de tu equipo.
Siempre es recomendable tener instalado un antivirus en nuestro equipo. Hay algunos de software gratuito, aunque siempre es recomendable tener instalada una versión premium de pago ya que la protección es mucho más completa. Con él debemos analizar nuestro equipo para identificar el programa malicioso y los archivos que han sido infectados.
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Intenta eliminar el virus.
Si el programa te permite hacerlo debes eliminar el virus y poner los archivos infectados en cuarentena. Además, es conveniente enviar la información sobre estos al proveedor del software cuyo producto no logró detectar el programa malicioso fallando en la protección del equipo para que pueda seguir mejorándolo.
Si no tienes antivirus porque no quieres recurrir a ninguna herramienta de terceros, Windows Defender puede ser suficiente en la mayoría de los casos. Se instala automáticamente y de forma gratuita en todos los PCs que tienen este sistema operativo, pero asegúrate de que está activo y funciona. Si el antivirus de Windows ha sido desactivado y no lo has hecho tú manualmente puede ser por alguna razón. Quizá es simplemente un fallo, pero también puede que algún malware haya conseguido desactivar el antivirus para no hacer sonar las alarmas y seguir actuando.
Estos consejos genéricos no podrán aplicarse en todas las situaciones. Los gusanos y troyanos más avanzados son más difíciles de localizar y en algunos casos puede ser un problema complejo que requiere ciertos conocimientos técnicos. Mientras, en otros puede resultar una tarea bastante sencilla, depende del grado de complejidad del malware y de los métodos utilizados para ocultar el código malicioso incrustado en el sistema.
En los casos difíciles, cuando se emplean métodos especiales para disfrazar y ocultar el código malicioso en el sistema, un usuario no profesional probablemente no pueda localizar el archivo infectado. Este problema puede requerir de acciones especiales como, por ejemplo, conectar el disco duro a otro equipo o arrancar el sistema desde un CD. Sin embargo, si se trata de un gusano regular o de un troyano estándar, lo más probable es que seas capaz de rastrearlo utilizando métodos bastante simples.
Si todo esto no fuera suficiente, probablemente tu ordenador haya sido infectado utilizando métodos muy sofisticados por lo que lo mejor será consultar con el servicio técnico de la empresa de seguridad informática de tu antivirus, pedir ayuda en foros especializados de Internet o acudir a la Oficina de Seguridad del Internauta, que depende del Instituto de Ciberseguridad de España (INCIBE) y su función es ayudar y orientar a los particulares.