A simple vista, que las palabras “ahorro” y “autónomo” formen parte de la misma frase puede parecer un chiste. Sin embargo, si perteneces al colectivo de valientes que trabajan por cuenta propia-es decir, si eres un autónomo-, el significado del ahorro cobra otras dimensiones.
Partiendo de la base de que todo te atañe personalmente, y aunque a veces te sientas incapaz de hacerlo, tienes muchos ámbitos en los que ahorrar: dinero, tiempo y esfuerzos.
Si lo que buscas es ganar en tranquilidad (presente y futura) y mantener la viabilidad de tu negocio, aunque vengan vacas flacas, asegúrate de tener siempre a punto en tu caja de herramientas aquellas que puedan ayudarte a ahorrar en todos los sentidos.
Nadie sabe mejor que tú cómo gestionar tu empresa, aunque muchas veces te encuentres haciendo malabares para conciliar tu vida y tu economía doméstica con la de tu negocio. Por eso, aquí te dejamos algunos consejos para ayudarte a poner en práctica el saludable hábito del ahorro.
Nadie dice que sea tarea fácil, pero no es imposible.
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Las cuentas, separadas
Mantén separadas tus finanzas personales de las de tu empresa. Aunque las dos estén estrechamente ligadas, vas a tener mejor control sobre ambas si reflejas cada uno de sus gastos e ingresos por separado.
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Un presupuesto detallado
Tener identificados los gastos y clasificados según sean ineludibles, importantes o secundarios, te permitirá recortar en aquellos que no sean estrictamente necesarios.
Para saber cómo hacer frente a esos gastos, es imprescindible conocer el volumen de tus ingresos: si su flujo es constante o estacional, o si pueden existir algunos extras… Realiza una estimación realista de tu facturación.
Tu presupuesto será una herramienta multiusos por excelencia. Te ayudará a mantener el control de tus gastos e ingresos y, de su estudio detallado, extraerás la mejor información para tomar importantes decisiones a nivel de ahorro.
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Convierte tu ahorro en un “gasto fijo”
Por pequeña que sea la cantidad que decidas ahorrar, tómatelo como un gasto fijo más. Esta actitud te ayudará a cumplir con tu compromiso de ahorro.
Lo ideal es que lleves esas aportaciones a una cuenta distinta donde estén a buen recaudo, o que inviertas en alguno de los productos financieros de ahorro que existen en el mercado, especialmente las cuentas bancarias para empresas o profesionales que se adaptan a las necesidades de distintos tipos de negocio.
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Contrata los servicios de una gestoría o asesoría
Aunque esto supone un gasto, cualquiera de las dos, es una de las herramientas más rentables de las que puedes disponer.
Además de ahorrarte el tiempo y el esfuerzo de tener atendidas tus obligaciones contables y fiscales (cosa que puede evitarte muchos gastos en sanciones administrativas), te mantendrán informado de todo aquello que pueda suponer para tu empresa un beneficio o un porcentaje de ahorro, como subvenciones, deducciones fiscales, ayudas públicas, bonificaciones sociales, etc.
Estar al tanto de toda la legislación y de la publicación y aplicación de ayudas estatales es una tarea que merece la pena dejar en manos de expertos para que no se te escape ninguna oportunidad de ahorrar.
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Buena gestión del endeudamiento
Si te resulta inevitable buscar financiación ajena, procura que:
- Lo adquirido con el préstamo te ayude a generar ingresos, reducir gastos o que se revalorice con el paso del tiempo.
- Evita los préstamos cuyo plazo de amortización sea superior a la vida útil del producto o servicio financiado.
- Presta atención a las condiciones de devolución.
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Gestiona tu tiempo
Es posible que descubras que, por inercia o costumbre, estés dedicando a algunos procesos más tiempo del necesario. Identifica dichos procesos y estudia la manera de llevarlos a cabo en menor tiempo.
Ahorrando tiempo, estás a la vez ahorrando esfuerzos y dinero.
Yendo a lo práctico, aquí te dejamos una lista concreta de oportunidades de ahorro:
- Ahorro fiscal: identifica todos los gastos que puedes deducirte en tus declaraciones a Hacienda, y no te olvides de incluir ninguno.
- Ahorro en suministros y telefonía: revisa si tus facturas se ajustan a tus necesidades. Quizá puedas reducir la potencia de luz contratada, anular un teléfono fijo o ajustar la cantidad de megas a lo que realmente usas.
- Ahorro en inmuebles: valora la opción del teletrabajo si tu negocio lo permite. El ahorro en alquileres y en los gastos que conlleva un local será considerable.
- Ahorro de software: descubre herramientas informáticas y apps gratuitas que puedes utilizar en la gestión diaria de tu empresa.
- Evita los “gastos hormiga”: desde las pequeñas comisiones de algunos proveedores hasta el café camino de la oficina, identifica estas pequeñas fugas de dinero y ajusta esos gastos a tu presupuesto.
Por último, lo más importante de estas recomendaciones es que las pongas en práctica con paciencia, disciplina y buen humor. ¡Feliz ahorro!