Hay habilidades que son inherentes al ser humano y que una máquina jamás podrá reemplazar. La capacidad de comunicación, resolución de problemas o adaptabilidad son destrezas que se conocen como soft skills y a la hora de conseguir cualquier empleo son las más solicitadas por el departamento de Recursos Humanos.
En el momento de empezar a entrevistar, el gerente suele establecer cuáles son las cualidades o competencias que debe poseer un individuo para ocupar el cargo en cuestión. Más allá de las evidentes sobre su formación profesional o qué experiencia anterior posee, se encuentran las habilidades personales (soft skills) que destacan al candidato frente a sus competidores.
Qué son las soft skills y para qué sirven
Imaginemos que estás aplicando a un puesto de trabajo y te piden que sepas manejar Office Word, PowerPoint y Excel como habilidades técnicas. Esto es lo que comúnmente se conoce como hard skills (habilidades duras) que son aquellas habilidades técnicas o académicas medibles y reproducibles.
Sin embargo, en la misma oferta de trabajo solicitan al candidato que sea capaz de liderar un equipo y sepa llegar a una resolución rápida si ocurre algún imprevisto. En este caso estaríamos hablando de las soft skills que son las cualidades personales y sociales que se integran en el día a día de una persona y permiten que se desenvuelva con éxito en el ámbito personal y profesional.
La creciente competencia laboral ha hecho que estas habilidades sean cada vez más demandadas. De hecho, se busca que el perfil del candidato sea heterogéneo y posea destrezas como la capacidad para trabajar en equipo, la planificación de tareas, el liderazgo o la resolución de problemas, entre otras cosas.
Las 7 soft skills más demandadas en los puestos de trabajo
Ahora bien, ¿cuáles son esas soft skills que tanto se demandan de las empresas? Aquí te dejamos una selección de las siete más destacadas:
- Resiliencia:
Se valora positivamente que la persona tenga la capacidad de superar cualquier circunstancia adversa, manteniéndose calmado, fuerte y paciente ante las situaciones de crisis.
- Pensamiento crítico:
Es lo que entendemos como la capacidad que tiene el ser humano de analizar y evaluar la información existente a un determinado tema mediante la razón. Esta cualidad permite estudiar cualquier situación desde un prisma crítico para llegar a una conclusión válida.
- Trabajo en equipo:
La flexibilidad laboral como el teletrabajo ha incrementado la colaboración entre compañeros de equipo, por ejemplo, en la explicación de herramientas utilizadas o de reparto de tareas semanales.
- Comunicación:
La capacidad para expresarte bien tanto de forma oral como escrita es esencial en cualquier ambiente de trabajo. Las personas que logran comunicar lo que piensan de forma efectiva, consciente y persuasiva serán capaces de colaborar de forma eficiente con otros.
- Liderazgo:
Es una de las soft skill más requeridas incluso cuando no se busca un líder, ya que implica que la persona es capaz de trabajar colaborativamente, inspirar a su equipo y tener la determinación necesaria para afrontar cualquier tipo de situación.
- Gestión del cambio:
Los múltiples cambios vertiginosos en el entorno empresarial fomentan la búsqueda de candidatos con un perfil capacitado para evolucionar y tener buena actitud ante cualquier cambio que provenga de la organización de la empresa o que sea ajeno a ella.
- Organización:
Es importante que el candidato posea la capacidad de priorizar entre sus tareas, aumentado de esta manera la productividad y calidad de su trabajo. De esta forma, aquella persona que sepa cómo gestionar sus niveles de trabajo, podrá realizar sus tareas de una forma más tranquila y saludable, disminuyendo las situaciones de estrés.
Cómo entrenar las soft skills
Ya hemos visto lo importantes que son las soft skills en el entorno laboral. Sin embargo, a veces necesitamos entrenarlas para potenciarlas al máximo.
Una de las maneras de enseñarlas en las empresas es mediante la formación corporativa, a través de cursos y actividades para desarrollarlas. No obstante, también se pueden entrenar de forma individual fácilmente: exponiéndose a situaciones en las que se deban poner en práctica dichas habilidades. Por ejemplo, si lo que te da miedo es hablar en público, la mejor forma de vencer dicho miedo es hablar en público cuantas más veces puedas mejor.
Por otro lado, hay actividades diarias que podemos aplicar a las soft skills, por ejemplo, si practicamos algún tipo de deporte podemos poner en práctica el trabajo en equipo, la resolución de conflictos o tolerancia a la presión.
El objetivo que se busca es tratar de aplicar a nuestro día a día el entrenamiento de las habilidades blandas, para poder destacar entre la multitud y desarrollarnos con éxito en el entorno profesional.
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