Cada vez más, percibimos el vehículo como un servicio de movilidad y no como una propiedad en sí mismo. Desde la compra tradicional de un coche hasta el vehículo por suscripción, hoy en día existen muchas alternativas en el mercado para moverte sobre ruedas según tus necesidades.
Elegir la que más te convenga va a depender del uso que vayas a darle a tu vehículo: la disponibilidad que requieras, la longitud de los trayectos que realices, si va a destinarse para uso privado o de empresa.
Te invitamos a conocer tres de las opciones que tienes a tu disposición para poder disfrutar de un vehículo, incluso sin tener que comprarlo, dependiendo de tu perfil.
¿Arrancamos?
Vehículo en trayectos cortos para grandes ciudades: carsharing
A través de una plataforma digital, la empresa que ofrece el servicio pone en contacto a los usuarios que desean compartir vehículo y les permite alquilarlo por un breve periodo de tiempo.
El proceso, es muy sencillo:
- Regístrate en la app para que te den una tarjeta o un número de socio.
- Reserva tu coche a través de la app, la web o con una llamada telefónica.
- Recoge tu coche en los parkings autorizados o localiza el vehículo más cercano que esté disponible.
- Finalizado el trayecto, solo tienes que aparcar el coche dentro de la zona operativa de la compañía.
Ventajas
- Ahorras todos los gastos de mantenimiento, seguro, impuestos, etc.
- Evitas gastos de aparcamiento y sanciones por restricciones circulatorias, ya que las compañías de carsharing operan con flotas de coches eléctricos y ecológicos.
- Pagas solo por lo que usas, pues las tarifas son por minutos o por kilómetros.
- Contribuyes a la sostenibilidad medioambiental.
Desventajas
- Es un servicio limitado a las grandes ciudades.
- No es aconsejable para hacer trayectos largos, o si precisas de un determinado tipo de vehículo.
- En caso de accidente o desperfectos, puedes tener que hacer frente a algún tipo de franquicia.
Si eres autónomo o tienes una pyme, y lo que quieres es renovar tu vehículo cada poco tiempo, te puede interesar el leasing.
Se trata de un alquiler con derecho a compra, es decir, el contrato obligatoriamente tiene que incorporar una opción de compra que podrás ejercer, o no, al finalizar el mismo.
Según lo que necesites, puedes optar por:
- Leasing abierto: la cuota mensual es más baja, pero te obliga a comprar el coche al finalizar el contrato por el valor residual pactado.
- Leasing cerrado: sus cuotas son más elevadas, pero no tienes la obligación de adquirir el vehículo.
Ventajas
- Puedes renovar tu vehículo cada poco tiempo (si no ejerces la opción de compra) sin sufrir pérdidas por su devaluación.
- No requiere desembolso inicial.
- Puedes financiar el 100 % de la compra.
- Las cuotas suelen ser más bajas que las de un préstamo.
- Ofrece ventajas fiscales para autónomos y empresas.
Desventajas
- Asumirás todos los gastos del vehículo.
- Puedes tener restricciones en el kilometraje o gastos por exceso de desgaste, suponiendo un coste añadido.
- El tipo de interés aplicado puede ser más alto que en otras formas de financiación.
- Existen gastos de cancelación si finalizas el contrato antes de su vencimiento.
- Los autónomos y empresas solo pueden deducir el IVA de las cuotas pagadas.
Si buscas tener un coche sin ser propietario, prueba el modelo de coche por suscripción.
En esta modalidad, elegirás el coche que mejor se adapte a tus necesidades y pagarás una cuota mensual por su uso, que incluye además los gastos de mantenimiento y seguro.
Ventajas:
- Pagarás una cuota fija que cubre todos los gastos derivados del vehículo.
- Podrás cambiar de coche de un mes a otro si tus necesidades cambian.
- La mayoría de estos servicios no tienen permanencia.
Desventajas:
- Por el momento las empresas que ofrecen este servicio solo operan en grandes ciudades.
- El conductor tendrá que hacer frente a las multas de tráfico.
- No hay posibilidad de comprar el coche, como sucede con otros modelos.
Si lo que quieres es disponer de un vehículo en propiedad, quizás puedas necesitar financiación.
Solo tienes que elegir el vehículo que desees y solicitar su financiación a través del concesionario o de una entidad bancaria.
Un error común es fijarnos únicamente en la cuota que tendremos que pagar cada mes. Sin embargo, es importante que prestes atención a las condiciones económicas del préstamo: gastos iniciales, importe neto a financiar, intereses a pagar, plazo de devolución, comisiones de cancelación anticipada, etc.
Ventajas
- El vehículo es de tu propiedad y puedes disfrutarlo libremente.
- Puedes obtener mejores tipos de interés que en un leasing.
- Puedes hacer cancelaciones anticipadas.
- Si el vehículo es comprado por una empresa, puede deducir el IVA de una sola vez.
Desventajas
- Todos los gastos del vehículo corren de tu cuenta.
- Dependiendo del tipo de préstamo, puede que no te financien el 100 % de la operación.
- Es posible que te exijan vincular al préstamo otros productos, como tarjetas, seguros, etc.
- Puede existir una cláusula de “reserva de dominio” que te impida vender, ceder o dar de baja el vehículo antes de devolver completamente el préstamo.
Como ves, la variedad de opciones que existen en la actualidad para disponer de un vehículo es muy amplia. Si te interesa el tema, no dejes de seguirnos en la sección de movilidad de nuestro blog.